HISTORIA DE LAS FIESTAS DE MOROS Y CRISTIANOS:
Las fiestas de
moros y cristianos de Benamaurel de la provincia de Granada, tienen
como núcleo y eje principal, a partir de las cuales nacen y se
desarrollan, a Nuestra Señora la Virgen de la Cabeza. El hallazgo de
una serie de manuscritos relacionados con dicha devoción, nos
remonta su antigüedad en la Comarca de Baza hasta el S. XIII, con la
llegada del Arzobispo Ximénez de Rada y los primeros repobladores
que llegaron a estas tierras y, concretamente, a Avenmoriel
(Benamaurel).
La devoción a
Ntra. Sra. de la Cabeza estuvo fuertemente arraigada en toda la Hoya
de Baza desde la reconquista, pues se tiene constancia de que, en el
S. XVI, existía una capilla libre al aire libre con la Imagen en la
ciudad de Baza y, en Zújar, se ofrecían mandas testamentarias de
misas a la Virgen o bien limosnas en metálico a Nuestra Señora. Y,
aunque en sus comienzos era venerada por prácticamente todos los
pueblos de le comarca, sólo Benamaurel y Zújar mantuvieron la
costumbre celebrando la romería en honor a Ntra. Sra. de la Cabeza
conjuntamente durante varios siglos.
Tal era la
devoción a Ntra. Sra. de la Cabeza en la localidad de Benamaurel
que, según el “Tratado auténtico de los autos originales que
paran el Archivo de la S. Iglesia Colegial de Baza y se hicieron en
el año 1736 de orden del Sr. Provisor de dicha ciudad en las villas
de Zuxar y Benamaurel, sobre la portentosa aparición y milagros de
la Virgen Sacratísima de la Cabeza que se venera en la parroquial de
la dicha Villa de Zújar” nos especifica lo siguiente:
“Y
no es de menos ponderación lo subtendido con los vecinos de la villa
de Benamaurel que habiéndose entiviado algunos años en la
continuación de subir a dicho cerro a celebrar con los de la Villa
de Zújar dicha festividad experimentaron decrecimiento en las
cosechas de frutos, muertes y otras hostilidades y reconociendo ser
su tibieza la causa volvieron con tal fervor que aun cuando los de
Zujar no se a suvido a la Vela por algunos accidentes, los de
Benamaurel no han faltado ofreciendo que si les dejaran llevar a su
villa a la Sagrada Imagen con el mayor seguro de su restitución la
adornaran de las Alaxas que su devoción y fuerzas pudiera alcanzar
porque entonces aseguravan en su fervor los mayores vienes
espirituales y temporales.”
A partir de las
primeras décadas del S. XIX, Benamaurel decidió realizarlas
independientemente dentro de su jurisdicción. Costumbre que se
mantiene hasta el día de hoy.
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